Este fin de semana salí con la intención de llegar al punto más más septentrional de la Venezuela continental, el Cabo San Román… y llegué!
En el camino me encontré con las salinas de Cumaraguas, de las que se refiere Ali Primera en su Canción Mansa para un Pueblo Bravo:
El lagrimear de Las Cumaraguas
está cubriendo toda mi tierra,
piden la vida y le dan un siglo
pero con tal que no pase ná
en mi tierra mansa,
mi mansa tierra.
Probablemente por ser domingo no vi mucha actividad, pero logré comprar unas rocas de sal y las tengo secándose para probarlas. Del otro lado de las salinas se ven unas ruinas de lo que alguna vez quiso ser un hotel.
Muy duras las condiciones para los que viven y trabajan en las salinas. Estuve no más de 10 minutos fuera del carro y sentí que me deshidrataba. Por supuesto todo alrededor bastante oxidado y muy poca vegetación. A pesar de eso los paisajes bellísimos. La próxima vez me quedo por ahí para fotografiar el atardecer (al parecer el agua cambia a color rojo)